
Kayla Rojas: la deportista de Montes de Oro que combina estudios, liderazgo comunal y un camino rumbo al ciclo olímpico
A sus 21 años, la campeona nacional de taekwondo lleva dos carreras universitarias, dirige una academia gratuita y representa a Costa Rica en eventos internacionales mientras avanza en su proceso rumbo a Los Ángeles 2028.
Una atleta, una líder y una joven con propósito
Montes de Oro, Puntarenas. La historia de Kayla Fabiola Rojas Navarro es una prueba de que la disciplina puede transformar vidas y abrir caminos que parecen imposibles. Con apenas 21 años, esta joven oriunda de San Isidro combina una carrera deportiva de alto rendimiento, estudios universitarios en dos instituciones distintas, liderazgo comunal y un proyecto social que ya impacta a más de 100 niños y jóvenes del cantón.
A pesar de su agenda llena entre entrenamientos y estudios, Kayla encontró un espacio para conversar conmigo a distancia. Desde el primer intercambio mostró una serenidad sorprendente para alguien que sostiene tantos roles a la vez. Sus respuestas fueron claras, reflexivas y llenas de propósito, lo que permitió conocer no solo a la atleta de alto rendimiento, sino también a la joven comprometida con su comunidad y con el crecimiento de quienes la rodean.
“Mi nombre es Kayla Rojas Navarro, tengo 21 años, soy oriunda del Cantón de Montes de Oro, específicamente de San Isidro. Actualmente, estudio Enfermería en la UCR y Medicina Veterinaria en la UNA, además soy concejala primera del distrito de San Isidro”, explicó para presentarse.
A esto se suma un rol fundamental, Kayla es atleta seleccionada nacional de taekwondo y forma parte del proceso olímpico, con la mirada puesta en el ciclo rumbo a Los Ángeles 2028.
Un año de logros internacionales

El 2025 ha sido especialmente significativo en su trayectoria. Participó en los XII Juegos Centroamericanos Guatemala 2025, donde Costa Rica obtuvo el segundo lugar general. Kayla consiguió una medalla de oro en combate por equipo y una medalla de bronce en combate individual.
“El mayor objetivo de este año se cumplió… la preparación para este evento fue muy dura”, dijo al recordar el proceso que la llevó al podio. También representó al país en los Juegos Deportivos Centroamericanos Universitarios en Honduras y en la Copa Presidente celebrada en Lima, Perú.
Su más reciente logro llegó con su coronación como Campeona Nacional Absoluta 2025, en la categoría -73 kg. “Ser campeona nacional absoluta es un título que me ha costado mantener. Son horas de entrenamiento, madrugadas y desveladas, pero vale la pena”, afirmó.
Un ritmo de vida admirable
Para alcanzar esos resultados, la atleta mantiene una rutina exigente. Sus días inician a las cinco de la mañana. Entrena, asiste a clases universitarias y por las noches regresa al tatami.
Aun así, conserva una visión clara: “Ser estudiante y atleta de alto rendimiento no es algo sencillo, sin embargo, es algo que se puede y brinda una gratificación enorme al lograrlo”.
Reconoce que no todo ha sido fácil. “Creo que lo más difícil ha sido luchar muchas veces contra el cansancio mental y físico… pero sigue en mente el objetivo por el que estoy luchando”, comentó. Ese objetivo hoy es su clasificación a los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2026, un paso clave para el ciclo olímpico.
Un proyecto social nacido en Montes de Oro
Uno de los capítulos más inspiradores de su historia es el nacimiento de la Academia Hankook de San Isidro, un espacio que dirige y que funciona sin costo para los estudiantes.
“Mi academia es de manera gratuita… la obtuvimos mediante un proyecto de masificación deportiva hacia zonas vulnerables fuera del GAM, donde Montes de Oro destacó por la vulnerabilidad social”, relató.
Actualmente, más de 110 estudiantes —entre niños, jóvenes y adultos— entrenan bajo su guía. En un cantón donde los índices de salud mental son una preocupación creciente, Kayla ve al deporte como un refugio y una alternativa:
“El deporte es una gran oportunidad para que los jóvenes inviertan su tiempo de una manera más sana”.
“Mis estudiantes esperan mucho de sus profesores, y quiero que se sientan orgullosos y vean que todo es posible si se esfuerzan”, añadió con emoción.
Resiliencia como bandera
Kayla también compartió un pasaje clave de su vida, se alejó del deporte durante dos años. Ese periodo le permitió reflexionar, pero también confirmarle que el taekwondo era parte esencial de su identidad.
“Volví a sentirme viva haciendo deporte… volví a ser yo. Muchas veces he caído, pero la capacidad de seguir a pesar de eso es lo que me define”, reflexiona. Así, cuando se le pidió resumir su trayectoria en una sola palabra, respondió sin dudar: “Resiliencia”.


