
Jóvenes porteños de la Cimarrona Que Chiva llevan su arte hasta México tras meses de esfuerzo y actividades comunales
Agrupación viajó a un festival cultural luego de financiar su propio viaje con ventas, rifas y apoyo familiar
Once jóvenes músicos de Puntarenas, integrantes de la Cimarrona Que Chiva, emprendieron un viaje cultural a México luego de meses de trabajo comunal, ventas y actividades para financiar su participación en un festival internacional. La agrupación, formada por artistas porteños, representa al país en distintos escenarios de Ciudad de México y otros puntos del país.
Una travesía financiada con esfuerzo
La invitación llegó en agosto. Un festival cultural en México los quería ver en escena, llevando mascaradas, ritmos tradicionales y la energía que distingue a las cimarronas costarricenses. Sin embargo, ninguna institución local logró apoyar económicamente al grupo, según relataron familiares de los músicos.
Pese a ello, los jóvenes, todos porteños “de cepa”, decidieron no renunciar al sueño. Con el liderazgo de su director, Steven Escobar, comenzaron a realizar ventas de chifrijo, arroz con leche y bingos, con el apoyo de padres de familia y la comunidad cercana. El objetivo era claro: reunir los recursos para costear alimentación y pasajes, ya que el festival solo cubría hospedaje y traslados internos.
El grupo está integrado por jóvenes con distintos contextos y realidades, pero todos compartieron el mismo compromiso: trabajar hombro a hombro para financiar el viaje. Durante meses mantuvieron una rutina de ventas, actividades y ensayos que les permitió alcanzar el objetivo.
Ya están en México representando a Puntarenas
El grupo salió rumbo a México el fin de semana anterior y ya suma varias presentaciones en escenarios culturales del país. Han compartido actividades con jóvenes de Río Segundo y Cartago que también fueron invitados al festival.
Este jueves tienen previsto presentarse en la explanada de la Basílica de Guadalupe, uno de los momentos más significativos del viaje. El miércoles visitaron las pirámides y en los próximos días continuarán con la agenda cultural del encuentro.
“Están dejando en alto el nombre de Puntarenas. Soñaron con esto y lo están logrando”, expresó Manuel Escobar, padre del director de la cimarrona, quien compartió su historia con este medio y destacó cómo esta experiencia demuestra que con disciplina y sacrificio es posible alcanzar metas que parecen lejanas.
Un mensaje para otros jóvenes porteños
Las familias esperan que esta aventura no pase desapercibida. Para ellos, la experiencia de la Cimarrona Que Chiva es también un recordatorio para la comunidad: los sueños requieren valentía, trabajo y apoyo colectivo.
“Si ellos lo soñaron y lo están logrando, cualquier porteño también puede atreverse. Con la ayuda de Dios, con sacrificio y disciplina, las cosas suceden”, añadió Escobar.
La agrupación regresará al país el próximo martes en horas de la madrugada.


